Mauricio Macri recibe hoy -a las 12:30, en la Casa Rosada- a la Mesa de Enlace agropecuaria, en un ambiente de viejos amigos que arrastran reproches mutuos en sordina. Desde ambos lados esperan aclarar las diferencias latentes, pero el encuentro puede alentarlas. El cara a cara ayudaría a acercar posiciones, pero también cada frase que se digan implicará riesgos de chispazos, en virtud de la diversidad de temas y visiones que hay en juego, en un contexto económico difícil.

La reunión fue pedida por los ruralistas, para despejar los rumores sobre cambios en el esquema de retenciones a los granos, un asunto siempre álgido que el Presidente ha dicho públicamente que no alterará.

Algunas espadas políticas del Gobierno piden que el campo tenga un “gesto patriótico”, y que no sea Macri el que, frente a las exigencias fiscales, incumpla su promesa electoral de ir bajando los derechos de exportación. De hecho, con el inicio de julio comenzó a regir una nueva reducción mensual de 0,5%, y la soja tributa 26,5% por derechos de exportación, aunque desde que comenzó la crisis cambiaria se agita la idea de frenar ese descenso gradual de la alícuota.

Al oficialismo no le cayó en gracia la intransigencia de los chacareros frente a esa posibilidad, y mucho menos el reclamo de algunos dirigentes del campo para que los ministros que tienen depósitos en el exterior colaboren en la colecta de dólares y los traigan al país para estabilizar la macroeconomía.

Nos gustaría hablar varios temas con el Presidente, como el financiero, y el ahogo de algunas economías regionales; esperemos que no sólo de retenciones, sino también de una reforma impositiva que favorezca a la producción”, dijo Carlos Iannizzotto, presidente de Coninagro.

Al argumento oficial de que es uno de los pocos sectores de la economía argentina que muestra números positivos, desde el campo replican que la sequía –una causa clave de la crisis cambiaria- afectó tanto las cuentas del Estado como a los productores primero, y al resto de la cadena agroindustrial después.

El salto del tipo de cambio no alcanza para acercar posiciones. “El nuevo valor del dólar posiciona mejor a las exportaciones argentinas, pero la experiencia reciente indica que la inflación y la suba de costos dolarizados reducirán esos beneficios”, advirtieron desde Federación Agraria.

Desde Confederaciones Rurales Argentinas, su presidente, Dardo Chiesa aseguró que “el campo quiere ser un aliado para reducir el déficit fiscal, con más actividad económica privada en el interior y más exportaciones generadoras de divisas”.

Y Daniel Pelegrina, presidente de la Sociedad Rural Argentina, sostiene que la previsibilidad necesaria antes de la próxima siembra “es en beneficio de todo el país porque, desde que se redujo ese tributo, el campo devolvió con más inversiones y más dólares que lo que hubiera pagado por retenciones”.

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